“Hay que subir tipos… para poder recortarlos de ser necesario”. ¿Eh? Y también un par de cosas sobre robots.

Últimamente oigo con frecuencia el argumento de que la Reserva Federal necesita subir sus tipos de interés, para poder volver a recortarlos si la economía estadounidense vuelve a ralentizarse. En otras palabras, tiene que apartarse del límite cero para que en el futuro vuelva a entrar en juego su herramienta tradicional de política monetaria: recortar el precio del dinero. Es posible que yo mismo haya defendido esta misma postura en momentos menos reflexivos, pero me cuesta recordar por qué podría ser una buena idea. Sin duda, para que tal afirmación tenga algún sentido, uno debería sostener que una subida de tipos de 50 puntos básicos (del 0,25% al 0,75%) ralentizaría en menor medida la economía de lo que la estimularía un recorte de 50 puntos básicos (del 0,75% al 0,25%), ¿no es así? O bien creer que la subida de los tipos de interés es una señal de confianza en la economía y que por consiguiente es estimulativa (ignorando el hecho de que un recorte de emergencia a posteriori desde el 0,75% si el crecimiento se estanca quizá no envíe la mejor de las señales). No sé, ¿tiene algún sentido este argumento de “subir para poder recortar”?

Y ahora, la crónica robótica. Actualmente, en Twitter no se cabe con tantas historias sobre robots. Están el robot lumbersexual de Google que corre por el bosque, y Erica, una androide japonesa de aspecto muy realista a la que han hecho más humana si cabe haciéndole decir “Mmmm” y fruncir el entrecejo si no tiene la respuesta apropiada en sus chips a las preguntas de uno. Tenemos el nuevo libro de Martin Ford, The Rise of the Robots, que saldrá a la venta en un par de semanas; y para contrarrestar todas las historias en plan «los robots nos roban el trabajo», Deloitte ha publicado un estudio en el que demuestra que la tecnología es «una máquina de crear puestos de trabajo», que aumenta el poder adquisitivo y la demanda en la economía. Sin embargo, pese a la obsesión de la prensa por la «humanización de los robots», más horripilante aún es la «robotización de los humanos». Los titulares negativos que se ha ganado Amazon esta semana por sus prácticas laborales tras la publicación de un artículo del New York Times me han llevado a este espeluznante artículo de 2012 en la revista Mother Jones, «I was a Warehouse Wage Slave» (Yo fui una esclava asalariada en un almacén).

Y hablando del grado de robotización, he aquí un gráfico que muestra el número de robots por cada 10.000 empleados humanoides en el sector manufacturero. Se ve claramente que Japón lleva la batuta en las grandes economías, con una densidad de 332 robots en 2012. Alemania se coloca en un segundo lugar a poca distancia, pero Estados Unidos y especialmente China tienen densidades mucho más bajas. Sobre el mismo diagrama, he superpuesto las previsiones de la tasa de dependencia demográfica (es decir, los jubilados que habrá en relación a la población en edad de trabajar de cara a 2035). Como puede apreciarse, existe una relación decente entre ambas variables. ¿Se ve impulsada la construcción de robots por el declive previsto en la población activa? La población del Reino Unido crece, debido principalmente a la inmigración (500.000 personas más en 2014, más de la mitad de los cuales eran saldo migratorio). ¿Se deberá acaso la tan discutida debilidad de la productividad británica al bajo índice de robotización, que a su vez obedece a nuestro gran crecimiento de la población activa en relación a los países que tienen más robots?

Las tasas de robotización están correlacionadas con la demografía

Por último, una recomendación de lectura para el verano. Hacía tiempo que no leía ciencia ficción friki, pero Ready Player One, el libro de Ernest Cline ambientado en un futuro obsesionado por la cultura popular de los 80 (videojuegos, música), es genial. Me gustaría recomendar también alguna novedad musical, pero de momento, en 2015 no ha salido nada bueno. Ni siquiera unas pocas notas. Un momento, puede que el LP de los Hookworms saliera este año…A ver, que lo compruebo … No, 2014. Falsa alarma.

El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Jim Leaviss

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