¿Ha llegado el momento de que el Banco de Inglaterra venda los bonos corporativos?

El 4 de agosto del año pasado, el Banco de Inglaterra anunció una serie de medidas de flexibilización en respuesta a los resultados del referéndum sobre el Brexit. Les preocupaba sobremanera una posible desaceleración y posterior desplome tanto de la economía como de la confianza corporativa y, para evitarlo, pusieron en marcha una serie de medidas, tales como la reducción de los tipos de interés, el aumento de las líneas de liquidez para los bancos y la reintroducción de los programas de compra de bonos corporativos y gilt británico. Desde entonces, el crecimiento ha seguido arrojando datos positivos y la tasa de desempleo se mantiene baja. Parece que las medidas sirvieron de ayuda.

Con todo, estas medidas de «respuesta a una crisis» no son nuevas, puesto que ya fueron implementadas previamente en el año 2008 con efectos equivalentes, en respuesta a la crisis financiera, mucho más duradera. Sin embargo, esta vez, puesto que en 2016 los tipos rozaban el límite de cero, el Banco de Inglaterra se ha apoyado sobre todo en medidas de políticas monetarias no convencionales, tal como ilustra la siguiente tabla.

PosLehman PosBrexit
Recortes de tipos                   4,50% 0,25%
Compras de Gilt                             375.000 millones de £ 60.000 millones de £
Compras de bonos corporativos 2.300 millones de £ 10.000 millones de £
Préstamos Term Funding Scheme 41.836 millones de £ 33.828 millones de £
Cambio en la tasa de desempleo + 2,17% * – 0,26% **
Cambio en la inflación (IPC interanual) – 2,2% * +2,1% **

* Noviembre de 2008 – Noviembre de 2009
** Junio de 2016 – Agosto de 2017

La tabla anterior ilustra las diferencias económicas y de respuesta política. El Banco empleó las mismas herramientas políticas, aunque más equilibradas de forma no convencional, para hacer frente a una crisis menos importante. La medida que más llama la atención en estos momentos es la compra desproporcionada de bonos corporativos, que supera en cuatro veces a las medidas de alivio cuantitativo de adquisición de deuda corporativa aplicadas durante la grave crisis económica. Esto se debe al miedo de que las empresas no fueran capaces de autofinanciarse y se produjera una dislocación económica. En parte gracias a las acciones de emergencia del Banco de Inglaterra, los mercados, tanto nacionales como internacionales, permanecieron bien abiertos para las empresas británicas.

Si echamos la vista atrás para ver las puntuaciones que ponen de manifiesto la estabilidad de los mercados durante el último año (p. ej., con el continuo descenso de la tasa de desempleo), vemos que se ha reducido la necesidad de aplicar políticas monetarias agresivas y medidas de emergencia. En el siguiente gráfico, vemos los diferenciales de los bonos corporativos del Reino Unido. Aunque se estrecharon después de los impactantes resultados del referéndum sobre el Brexit, desde entonces han vuelto a la posición en la que estaban tras la crisis financiera. El Banco ha decidido que ya no es necesario aplicar medidas de emergencia agresivas, ha finalizado y cerrado su programa de compra de bonos corporativos y, recientemente, los miembros del comité han estado defendiendo la anulación del recorte de los tipos de interés aplicado como solución de urgencia en 2016. Este panorama contrasta de forma llamativa con el que se vivió en esta época el año pasado, cuando el Banco se inclinaba por las medidas de alivio. Se prevé un cambio de política.

Desde la perspectiva de los tipos de interés, eliminar el recorte del cuarto de punto no es tan grave como la limitación a la que se veía sometida la respuesta de la política convencional el año pasado. Sin embargo, desde el punto de vista de los bonos corporativos, la venta de deuda corporativa podría lastrar el rendimiento de los bonos corporativos en libra esterlina del Banco.

Durante la gran crisis financiera, el Banco compró bonos en marzo de 2009 y terminó de venderlos en abril de 2013; esta vez, los adquirió en un plazo de siete meses desde septiembre de 2016 hasta abril de 2017. ¿Venderá el banco estas posiciones? De ser así, ¿cuándo?

Respondiendo a la primera pregunta, creo que sí que lo hará. Lo más importante en la política de emergencia aplicada durante la gran crisis financiera era vender los bonos no gubernamentales y devolverlos al mercado, así que no veo por qué ahora debería ser diferente. De hecho, ahora que el Banco quiere endurecer la política, no parece necesario aplicar una financiación de emergencia y ha manifestado recientemente que las condiciones de los préstamos se están volviendo demasiado laxas desde un punto de vista prudencial. Una posible solución sería permitir que el sector privado financiara la deuda corporativa, después de habérsele negado esta opción mientras estaba en marcha el generoso programa de compra de bonos corporativos del Banco.

En el futuro, el Brexit acarreará nuevas  incertidumbres, pero quizá hay un aspecto más claro: en algún momento, en las reuniones del Banco de Inglaterra, además de hablar de la dirección de los tipos de interés, tendrán que decidir cuándo vender sus posiciones en bonos corporativos.

El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Richard Woolnough

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